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Noticia Ampliada

  • 15/03/2025
  • Si de inventos se trata…

Por Adrián Arellano, conductor del programa de radio 33RPM (www.33-rpm.com.ar), exclusivo de vinilos.

Hagamos un poco de memoria y veamos cómo se originó la música grabada. La historia citaba que Thomas Alva Edison (1847-1931), uno de los inventores de más alto nivel, obtuvo el primer registro sonoro con “Mary had a little lamb” en 1876. El fonógrafo –término tomado del griego, que quiere decir "sonido escrito"- fue llamado inicialmente “Tin-foil” y fue patentado en Estados Unidos el 19 de febrero de 1878.



Fue así como en las mismas oficinas de la prestigiosa revista Scientific American, el 22 de Diciembre de 1877 en Nueva York, Edison hizo una prueba de su nuevo aparato. Uno de los testigos refirió así el acontecimiento: “La máquina se puso en marcha y nos preguntó cómo estábamos, interesándose por nuestro estado de salud; nos interrogó acerca de si nos gustaba su forma y su nombre "fonógrafo"; nos dijo que dentro de ella todo iba bien, y se despidió con un cordial : -Buenas noches, caballeros”. De más está decir que Edison no tardó en ser tratado como una celebridad. Los medios gráficos comenzaron a hablar de él como un grande, con solo 30 años.



La construcción del fonógrafo estuvo a cargo de su mecánico y socio, el suizo John Cruesi (1843-1899) y era en realidad el resultado de distintas contribuciones de varios inventores. La reacción no solo fue más que positiva sino que sentaría el precedente para posteriores avances hasta nuestros días actuales.



Pero fueron sólo diez segundos de un sonido que podríamos llamarlo como “fantasmal” de una típica canción popular de Francia, el clásico “Au Clair de Lune” (Claro de Luna) que fue grabada en 1860 (16 años antes que el registro de Edison) por el inventor Édouard-Léon Scott de Martinville (1817-1879) la que destronaría el primer registro sonoro grabado en 1876 por el inventor del fonógrafo, Thomas Edison.



Lo cierto fue que Édouard-Léon Scott de Martinville, había patentado entre 1857 y 1859 un raro aparato para grabar sonido. Se trataba del fonoautógrafo capaz de registrar las ondas sonoras que hacían vibrar una especie de punzón sobre un papel ennegrecido con el humo de una lámpara. Nace así la primera grabación de la voz humana de la historia grabada en “directo”, es decir, que las ondas sonoras eran convertidas en oscilaciones mecánicas y llevadas directamente a un soporte de almacenamiento. Este descubrimiento se realizó en febrero de 2008, cuando dos investigadores de la Universidad de Berkeley de California, Patrick Feaster y David Giovannoni, encontraron entre archivos franceses una docena de estos, ahora famosos, frágiles papeles ennegrecidos.



Igualmente, sin quitarle el merito al gran Edison y para no confundirnos, hay que marcar la diferencia de los inventos de cada uno:

El fonoautógrafo de Édouard-Léon Scott de Martinville registraba las ondas sonoras mediante la vibración de un pelo de cerdo sobre un cilindro de papel tiznado que se hacía girar con una manivela, y el fonógrafo de Edison era un grabador y reproductor simultáneo que en su versión de 4 minutos de duración con cilindro de celuloide alcanzó una calidad excepcional, incluso superior a la cinta magnetofónica.



Al cine

En el año 1902, el inventor francés Leon Gaumont (1864-1946) usó un sistema de audio en donde un disco fonográfico reproducía el diálogo de los actores (grabado previamente). Edison había inventado un sistema de sincronismo entre el proyector de imágenes y un fonógrafo que se colocaba detrás de la pantalla, éste era movido por una serie de cables y poleas que cruzaban toda la sala de proyección. De esta manera Edison hizo 19 películas por este sistema donde cada una de ellas duraba tan solo 7 minutos, que era el tiempo máximo que permitía ese fonógrafo. Pero el gran problema de estos sistemas primitivos era la falta de sincronización entre la imagen y el sonido, lo que hacía que la proyección tuviera una cierta falta de naturalidad. Años mas tarde Gaumont perfeccionó el “cronofotógrafo” de Georges Demeny y con este aparato se convertiría en uno de los pioneros de la industria del cine.



Las primeras películas con prácticas de los sonidos producidas en los Estados Unidos a fines de los años 20, tenían su sonido en discos separados y era necesario que el sonido fuera continuo. Un carrete de la película duraba 11 minutos, así que una velocidad rotatoria de cerca de 32 RPM fue requerida para hacer el sonido coincida con la película.

Al principio el sonido era registrado en una película independiente de la que llevaba las imágenes y se los hacía circular a iguales velocidades prefijado por puntos para conseguir, de esta manera, la sincronización deseada. Más tarde el registro sonoro se incorporó a la misma cinta que lleva las imágenes, es decir, el celuloide.

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